Berlín 2011












Fuimos a Berlín en el mes de Octubre. En esa época del año el sol esta bajo y su luz es tenue. Esta imagen del aeropuerto de Schonefeld al mediodía lo demuestra.






Los alrededores de  Berlín son principalmente industriales. La red ferroviaria es bastante buena y puedes acceder al centro de Berlín en pocos minutos.



El parque de Tiergarten es una amplia zona verde que se extiende al oeste de la puerta de Brandeburgo en lo que su día fue el sector británico.
En ocasiones parece increíble que te encuentre en el centro de una de las más importantes capitales de Europa.

Nos alojamos en el hotel NH Berlín Mitte. Muy próximo al 
lugar donde se encontraba el Checkpoint Charlie. El paso entre el este y el oeste más importante y transitado de todo Berlin. Hoy en día solo hay una reproducción de la garita original del lugar.



"Está usted abandonando el sector americano”. Esto es lo que advertían los carteles de la época en ingles, ruso, francés y alemán.



En los alrededores se pueden ver imágenes de la época de máximo auge del lugar. Aquí una imagen del enfrentamiento que tuvo lugar en octubre de 1961.



Estos son los míticos Trabant que circulaban por la zona soviética hasta los años 80. Ahora solo funcionan como atracción turística.



Todo Berlín está recorrido por esta marca que indica por donde discurría el famoso muro.



Berlín te ofrece una gran variedad de comida desde los restaurantes vietnamitas de Alexander Platz hasta los puestos del populoso barrio turco. También puedes ir a tomar unas cervezas a cualquier bar y probar lo que ellos llaman “platos pequeños” como por ejemplo esta chuleta de Sajonia con un huevo frito.



Posiblemente el monumento más reconocible de Berlin sea la Puerta de Brandeburgo. Siempre hay cientos de turistas haciéndose fotos en ella. Nosotros no íbamos a ser menos.



El monumento al holocausto a priori no me impresiono demasiado hasta que no lo comprendí en mi propia persona.



Una vez que te adentras en él, comprendes su significado. Poco a poco las moles de hormigón, que a priori se asemejan a tumbas, se van haciendo más y más altas, se tuercen, el suelo se inclina hacia los lados y tiene altibajos y la sensación de agobio se va haciendo mas evidente.



El metro es un medio de transporte muy eficaz en Berlín. Aunque resulta algo caro, tiene un billete que tres estaciones que resulta bastante económico.



En la zona soviética, lejos del centro monumental, la edificaciones contrastan bastante con la zona occidental. Todo es mucho más frío y gris.



Pegado al río Spree se puede ver la zona de muro mas extensa que se encuentra en pie. Toda ella está repleta de graffiti, de los cuales el beso entre Kruschev y Honecker es de los más famosos.



Me llamó bastante la atención este otro. Es bastante gráfico respecto a lo que ocurrió allí en noviembre del  89.



¡No podía irme de allí sin hacerme una foto en este mural por favor!



A pesar de estar en otoño la temperatura acompañaba, las terracitas al lado del río son un lugar estupendo para hacer una pequeña parada. Al fondo, el puente Oberbaumbrücke.



Pasado este puente y ya en zona oeste se encuentra el extenso barrio turco. No obstante los turcos representan el colectivo inmigrante más numeroso de Berlin. En la imagen el río Spree nada mas cruzar el puente.



Otra zona bastante extensa de muro se encuentra cerca del Checkpoint Charlie. Justo encima de lo que fueron los cuarteles de la GESTAPO.



En el corazón de la ciudad se encuentra una pequeña isla en el río conocida como la isla de los museos. Eso se debe a que la mayoría de los museos de la ciudad se encuentran en ella. Personalmente creo que merece la pena visitar el museo de Pérgamo.




El museo de Pérgamo debe su nombre al altar de Pérgamo traído aquí piedra a piedra. También posee otras joyas como la puerta del mercado de Mileto y una muy especial, por la que creo que merece la pena viajar hasta aquí.



Aqui está, la puerta de Ishtar. La más importante de todas las que cerraban las murallas de Babilonia. La misma por la que Alejandro Magno hizo su entrada triunfal tras conquistar la ciudad. La autentica puerta traída ladrillo a ladrillo desde Persia. Soy partidario de que este tipo de cosas deben estar en su lugar de origen, pero en este caso he de reconocer que me alegro que no se encuentre en Irak.



Tambien en la isla de los museos se encuentra la catedral de Berlín. Se trata de una iglesia neobarroca de principios del siglo XX.



Cerca de Alexander Platz se encuentra la torre de comunicaciones. En lo alto hay un restaurante giratorio en el que puedes comer mientras disfrutas de las vistas de la ciudad desde todos los ángulos.



Las vistas desde lo alto son impresionantes. Los días son tan cortos en esta época del año que esta es la imagen que se podía captar a eso de las cuatro de la tarde nada mas comer.



Al norte del río se encuentra una de las zonas que me pareció más peculiar. Se trata de los patios o “höfe” de la zona de Oranienburger. Se trata de callejuelas y pequeñas plazas a las que se accede a través de portales en las fachadas. En un primer momento da la impresión de estar entrando en una propiedad privada pero luego descubres todo un pueblecito dentro.



Hay una cosa que vas a encontrar en cualquier restaurante y esa es patata cocida y crema agria. Para mi gusto está deliciosa.



Para el último día dejamos desgraciadamente la visita al Reichstag. Digo desgraciadamente porque para poder entrar dentro tienes que solicitar la visita por Internet 3 días antes. De haberlo sabido antes lo hubiéramos realizado desde algún ciber pero, ya era tarde. Nos conformamos con contemplar el edificio desde fuera que también resultó una vista imponente.