DINAMARCA 2017






A pesar de que fuimos a Copenhague en Junio, las temperaturas nos sorprendieron un poco. Cierto es que al sol hacia un ambiente muy agradable, pero en el momento que se levantaba un poco de viento eras consciente que no estabas en España. El aire era muy frio y cortante, a diferencia de la suave brisa cálida que sopla en España en esta época.

Esto condicionaba de manera considerable nuestra vestimenta. Pasándote todo el día poniéndote y quitándote jerseys y abrigos.





Esta era nuestra habitación en el hotel Christian IV. Cerca del famoso canal Nyhavn. Estaba tan bien situado nuestro hotel que no tuvimos que coger transporte en nuestra estancia, salvo un barco turístico que hacia un pequeño recorrido por los canales.





Nada más salir del hotel se encontraba el castillo de Rosenborg con sus jardines. Era muy habitual ver varios grupos de personas pasando la tarde aquí, o en alguno de los muchos jardines que Copenhage tiene,  acompañados de sus innumerables bicis. Imagino que el invierno nórdico se debe hacer muy largo y no pierden la oportunidad de salir al sol en cuanto los días se hacen más largos.





La bici es el medio de transporte por excelencia de Dinamarca. Existen carriles bici por toda la ciudad con un tráfico más que considerable. Los daneses tiene todo tipo de bicis, bicis normales, con silla para niño delante, detrás, con accesorios  para carga, triciclos con cajón delantero, estos mismos pero con dos bancos para sentarse en el cajón.




La calle principal de Copenhague se llama Strøget y pasa por ser la calle peatonal más larga de Europa. En ella se encuentran numerosos bares, restaurantes y tiendas de moda.




Strøget  va a desembocar en el ayuntamiento. Durante nuestra visita se celebraba el Distorsion Festival y justo aquí habían situado un escenario de música electrónica. Como no era muy de nuestro gusto no pasamos demasiado tiempo aquí.




Copenhague me recordó enormemente a Estocolmo. Las torres de sus iglesias, la amplitud de sus avenidas, los constantes puentes, en el caso de Estocolmo de isla a isla. Aunque he de decir que, a pesar de que Copenhage es muy bonita, su vecina Sueca es mi preferida.




 Aunque no estábamos muy al norte a pesar de estar en un país nórdico, no podíamos disfrutar del famoso sol de medianoche. Aun así, esta era la luz que se podía ver a eso de las 23:00 horas.




El paseo del canal Nyhavn era un sitio muy recurrente para nosotros. Sitio muy pintoresco, aunque tremendamente turístico para tomar unas cervezas si el precio lo permitía, o cenar al lado de las pequeñas embarcaciones amarradas en sus muelles.




Gran parte de Copenhage está surcada por numerosos canales. Existen excursiones que por unos 10 euros puedes navegar por algunos de ellos, mostrándote en varios idiomas cada uno de los lugares más importantes de visitar.



Es muy habitual ver barcos usados como viviendas, aunque parece ser que la lista de espera para poder atracar en los muelles es descomunal.





Quizá sea la Sirenita el monumento más visitado y más reconocible internacionalmente. Me habían hablado tanto de su pequeño tamaño, que cuando la vi en persona no me pareció tan diminuta. Aun así sorprende que en una ciudad con tantos monumentos y tanta historia tenga como símbolo una escultura de apenas 100 años y poco más de metro y medio ordenada por un cervecero. Tuvimos suerte de verla así  ya que la noche anterior fue pintada de rojo como protesta por la caza de ballenas en el Atlantico. Se dieron bastante prisa en limpiarla.







Una de las peculiaridades de Copenhague es La ciudad libre de Christiania. Autoproclamada como independiente de Dinamarca, esta pequeña zona situada dentro de la ciudad, presume de ser el principal bastión hippie de Europa. Dentro de sus límites se puede comprar y consumir todo tipo de drogas blandas. Resultaba muy curioso ver puestos callejeros a modo de mercadillo con todo tipo de sustancias. Solo existen dos normas dentro de Christiania, no corras y no hagas fotos. Esta es la única foto que hice desde fuera de sus límites. Aquí no se puede ver pero, al salir, ese cartel por el otro lado dice en ingles “Esta usted entrando en la Unión Europea”





Después de patear toda la ciudad, no hay nada como un pequeño descanso. Aquí estamos en el parque de la ciudadela de Copenhage sin ninguna prisa viendo pasar el tiempo…. Hasta que un grupo de militares nos echó.





Por el día Nyhavn seguía siendo un hervidero de gente. Aquí podemos ver una de las embarcaciones turísticas que recorren los canales.





He aquí una típica comida danesa. Riquísimo salmón con su guarnición 





La Rutentarn es una torre situada en el corazón de la ciudad. Se construyó como un observatorio astronómico en el siglo XVII y hoy en día se puede visitar. Se accede por una rampa circular que llega prácticamente hasta su cima y en ella se puede contemplar una gran vista de la ciudad, además de algunas exposiciones itinerantes.





Esta es la estación Central de Copenhague, desde aquí cogimos un tren que nos llevaría hasta la vecina ciudad sueca de Malmöe



MALMOE