Belgica 2010

El viaje a Bélgica empezó de manera un tanto accidentada. Planeado para casi un año antes, tuvimos que cancelar los vuelos por culpa del volcán islandés Eyjafjallajökull que entró en erupción en abril del 2010 y mantuvo cerrado prácticamente todo el espacio aéreo europeo durante varios días. Afortunadamente al no poder salir los vuelos pudimos recuperar el dinero de los mismos y al no quedar menos de dos días para llegar a Bruselas también pudimos cancelar la reserva del hotel sin cargo alguno.




Pasado un tiempo intentamos nuevamente poner destino a tierras belgas, esta vez con éxito.




Bélgica está dividida en Flandes y Valonia, en la primera se habla neerlandés y en la segunda francés. Bruselas, su capital y nuestro lugar de alojamiento, está situada dentro de Flandes pero no se considera pare de ella, siendo ambos idiomas oficiales en la región.



Nuestra llegada fue al aeropuerto de Charleroi, situado en Valonia, algo alejado de Bruselas. Allí tuvimos que coger un autobús que cruzo la frontera de Flandes hasta llegar a la capital. 




El hotel estaba situado en el barrio de Anderlech, Una zona residencial, pero no muy lejos andando del centro de la ciudad. Internacionalmente conocida por poseer el equipo de futbol mas laureado de toda Bélgica, comprende prácticamente todo el barrio musulmán.




Este salón de té estaba situado prácticamente enfrente de nuestro hotel y nos llamó considerablemente la atención la mezcla hispana, árabe y belga que se podía encontrar en él.




La Grand Place, o Grote Markt en flamenco, es para mi gusto lo mas bonito que se puede encontrar en Bruselas.




 
El edificio mas imponente de la plaza es “La casa del rey”. El nombre le vino cuando llamándose la casa del duque, por el duque de Brabante, este fue coronado rey de España. Sorprende lo ligada que se encuentra toda esta tierra a España, cuando allí no se aprecia demasiada afinidad con belgas y holandeses.




A nuestra llegada la Grand Place estaba repleta de gradas para albergar la Ommegang, la fiesta medieval Belga que se celebra en los aledaños de la plaza.



En los alrededores se encuentran una infinidad de restaurantes donde degustar el mas típico plato bruselense, los mejillones. Y yo, gran amante de este molusco no podía dejar pasar esta oportunidad de comer hasta hartarme. A la provenzal, al vapor, a la marinera, a la belga con nata. No sabría decir cual estaba más rico.



La catedral de Bruselas me resultó tremendamente luminosa acostumbrado a catedrales de piedra oscura y de repletas de vidrieras que filtran la luz.



Aunque prácticamente todo el centro de Bruselas se puede recorrer fácilmente andando, hay zonas como la del parlamento o el Atomium que conviene visitar en trasporte publico. El metro resulta caro pero es una buena opción para moverse fuera de los límites del centro.



Bruselas es la sede del parlamento europeo. Al vivir en una ciudad capital de un país, me resultaba algo extraño tener instituciones fuera de mi localidad. La verdad es que la zona designada para ello era muy amplia y ligeramente apartada del centro.



La zona que rodeaba al parlamento estaba bastante concurrida, ya que las instituciones habían creado una zona de servicios a su alrededor repleta de bares y restaurantes.



Nuestra visita a Bélgica se produjo durante la celebración del mundial de Sudáfrica del 2010. Tuvimos la oportunidad de presenciar un partido España – Portugal en una cervecería justo frente al Maneken Pis. España consiguió pasar la eliminatoria y se formó tal bullicio que el centro de Bruselas parecía el paseo de la Castellana.




No solo queríamos ver Bruselas, así que nos alquilamos un coche para recorrer el norte de Flandes. El interior de Bélgica es bastante llano y muy verde y las carreteras están en muy buen estado así que nos pusimos rumbo a Brujas.



Todo Brujas es un monumento, pero quizá la parte mas conocida es la Grote Mark.



Debido a su proximidad al mar, Brujas está repleto de canales por los que circulan pequeñas embarcaciones, en algunos casos turísticas, que logran llegar a los lugares más recónditos de la ciudad.



Aquí  también tienen mejillones cocinados de todas las maneras, que resultan deliciosos acompañados de una rica cerveza belga.



Resulta un placer alejarse de la multitud y perderse entre las callejuelas de la ciudad. En ocasiones da la sensación de estar metido en un cuento.



La presencia de tantos canales genera abundante vegetación en las orillas de los mismos. Resulta un placer pasear por aquí.



Después de abandonar Brujas y a medio camino de Bruselas se encuentra Gante. No es tan vistosa como Brujas pero quizá sea más monumental. Ciudad natal de Carlos V, rezuma aires de grandeza gracias a sus torres y sus iglesias.



La catedral de Gante posee numerosas obras de arte, pero se encontraba cerrada y no podíamos disponer de más días en la ciudad.



A estas alturas de viaje estábamos bastante cansados, así que optamos por cenar algo en las terrazas de Gante y poner rumbo a Bruselas de la que nos separaban ya pocos kilómetros.



Bruselas es una ciudad de edificios predominantemente bajitos, por lo que la Basílica del Sagrado Corazón destaca en el horizonte de la ciudad. Se trata de un edificio Art Deco que se encuentra entre las iglesias más grandes del mundo.




 Muy cerca del Atomium se encuentra el estado de Heysel. Aunque fue totalmente remodelado y se le cambio el nombre por el de Rey Balduino, aquí tuvo lugar la tragedia de Heysel de mayo del 85, en la que 39 personas murieron y centenares resultaron heridas durante la disputa de la final de la copa de Europa, entre el Liverpool y la Juventus. Aquellos hechos marcaron un antes y un después en lo que a celebración de acontecimientos deportivos se refiere.



Una de las imágenes más famosas de Bruselas es el Atomium. Construido con motivo de la exposición universal de 1958. Al igual que la Torre Eiffel, se respeto su construcción una vez se acabó el evento. He de decir que me lo esperaba más grande. La verdad es que tampoco me dijo demasiado.



Actualmente se emplea como sala de exposiciones. Resulta bastante poco funcional ya que apenas hay espacio en su interior para una exposición decente.



En la Grand Place pudimos asistir a la Ommegang, o fiesta medieval de Bruselas. La verdad es que estaba muy bien organizada con caballos, carrozas, caballeros abanderados etc. Pudimos coger un sitio excepcional en una de las terrazas de la plaza.  




Nos habían recomendado un bar llamado Delirium Café, en el que al parecer disponían de más de dos mil cervezas distintas. El local era bastante amplio, lo suficiente para albergar una sala de conciertos en su planta baja. A nuestra llegada pudimos presenciar el final de uno de ellos.



No sorprende demasiado la cantidad de cervezas distintas que posee el local, dado que, a pesar de su tamaño, es Bélgica el país que más tipos de cervezas tiene en el mundo. Con lo cual aprovechamos nuestra última noche en Bruselas saboreando una de ellas.