LONDRES 2003

Aunque el objetivo principal de nuestro viaje era Escocia, decidimos pasar primero unos días en Londres. Una antigua compañera de Miriam que llevaba unos años viviendo allí, se prestó a alojarnos en su casa, en el residencial barrio de Wimbledon.



Londres es una ciudad muy extensa, pero su sistema de transporte es bastante bueno. Desde Colliers Wood y en pocos minutos podías aparecer en Waterloo y desde allí recorrer todo el centro de Londres a pie. Aunque el billete era caro, tenías la posibilidad de sacar un billete para todo el día que valía para metro y autobús.



Una de las postales más conocidas de Londres es el parlamento con el famoso Big Ben al frente. La vista, cruzando el puente de Westminster, al otro lado del Thamesis es fantástica. Dentro, el organigrama político británico se divide en la cámara de los Lores y la cámara de los comunes, siendo esta última la que decide la mayor parte de los asuntos de estado.



Mas allá podemos encontrar el numero 10 de Downing Street, residencia del primer ministro llegar hasta Trafalgar Square (en la foto), frente a la que se encuentra la Nacional Gallery. De aquí surgen las calles que llevan a Picadilly Circus y al palacio de Buckingham., aunque nuestro principal objetivo ahora era el Soho, el barrio más bohemio de Londres.



Muy cerca de Trafalgar Square se encuentra Covent Garden, que se puede ver al fondo de la foto. Histórico lugar de encuentro de artistas, no hay músico famoso en Londres que no se precie de haber tocado aquí.



Después de un día pateando la ciudad no hay nada como parar en un pub por el Soho a tomar unas pintas. Ojo, pintas, medias pintas no las bebe nadie. Existe un pub llamado Waxi O’Connors entre Chinatown y el Soho por el que merece la pena pasar. La decoración es fantástica y ¡tiene un árbol dentro!



Si estas visitando Londres, es prácticamente imposible que no acabes en Picadilly Circus. La diversidad racial y cultural de Londres se puede comprobar en esta plaza, ya que resulta un centro neurálgico para todo tipo de encuentros. No veras nunca las escaleras de esta plaza vacías.



Otra zona que merece la pena una visita es la de la torre de Londres. La visita a la torre es muy larga y nosotros no íbamos a pasar muchos días en Londres por lo que decidimos no entrar pero justo enfrente está el archiconocido Puente de la Torre. Desde aquí cogimos un autobús para ir hacia Hide Park.



No lejos de Hide Park se encuentra el palacio de Buckingham, residencia oficial de la familia real británica. Una de las citas obligadas es el famoso cambio de guardia. Y aprovecho desde aquí para pediros… por favor, no hagáis el tonto con la guardia real. Es una broma muy manida ya.



A continuación cogimos un vuelo con dirección a Edimburgo, capital de Escocia.



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