Shaghai


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Ohhhh… Shanghai… fue un completo punto de inflexión en nuestro viaje. Nuestra llegada fue realmente espectacular (gente con aversión a las grandes urbes abstenerse).









Encontramos una ciudad totalmente tomada por la bruma. Nuestra autopista se adentro en la ciudad literalmente por el aire y nos vimos rodeados de una inmensidad de rascacielos de viviendas extremadamente delgados que se perdían en el infinito, mientras nuestra carretera permanecía suspendida por interminables pilares, recorriendo glorietas salidas e incorporaciones, hasta que el conductor salio de la autopista por una de ellas y descubrimos bajo todo esto otra ciudad de casas bajas y viejas que permanecía oculta bajo las grandes avenidas. Las imágenes son capturas de cámara de video y de ahí su mala calidad.



Nuestra primera visita fue al templo del Buda de Jade. Posiblemente sea este para mí, uno de los momentos más emocionantes de todos mis viajes. Aquí encontré una paz y tranquilidad difíciles de explicar, que fue continuada en los jardines de Yuyuan. Es increíble como una metrópoli con una densidad de población tan desproporcionada como Shanghai puede albergar remansos de paz como estos en su interior.



Aquí aprendí los pormenores de la religión budista con sus creencias, rituales y demonios y también desarrollé una afición al té negro, ya iniciada en Pekín y que sigo manteniendo hoy en día.



Los jardines de Yuyuan datan de la dinastía Ming. Fueron concebidos por un alto funcionario llamado Pan Yunduan que pretendía recrear la majestuosidad de los grandes jardines imperiales.



Yuyuan se compone de un cúmulo de estanques con diversa vegetación y rocas ornamentales, situados en el mismo corazón de Shanghai. ¡Quien lo diría!



En el exterior de los jardines se encuentra la ciudad antigua que básicamente se compone de comercios como tiendas restaurantes y teterias. Es una de las zonas mas concurridas de Shanghai junto con la calle Nanjing.



En esta zona y en general en toda la ciudad parece increíble que nos encontremos en un estado comunista. Aquí podemos encontrar franquicias de Starbucks, Burger King, Mc Donald’s etc.



Al otro lado de rió Huangpu se encuentra el distrito de Pu dong, despoblado hasta hace no muy poco, actualmente alberga algunos de los rascacielos mas altos del mundo. Al anochecer cogimos un pequeño barco que nos llevo a lo largo del río, disfrutando de unas hermosas vistas nocturnas.



He aquí el barco que nos llevó. No hace falta comentar que a los chinos están fascinados por las luces de colores. Desde aquí pudimos ver el Bund iluminado y pasar a los pies de la Torre de la Perla Oriental, torre de comunicaciones de Shanghai que con sus 468 metros el la tercera mas alta del mundo y la mayor en Asia.



El Bund data de la época colonial británica. Se trata de un conjunto de edificios a lo largo de malecón del Huangpu construidos la lo largo del siglo XIX. Un gran contraste con los rascacielos de la orilla de en frente.



En esta imagen podemos ver a torre de la perla a la izquierda y el edificio Jin Mao a la derecha, al que luego subimos. En este momento este edificio era el tercero mas alto del mundo, aunque en el solar contiguo ya se estaba construyendo el edificio Shanghai World Financial Center, que dejaría en cuestión de un año pequeña a la Jin Mao.








Aquí un par de capturas de video tomadas desde lo alto de la Jin Mao. En la última aparece el Hotel que ocupa la mitad superior de la torre, tomado desde lo alto a través de una bóveda de cristal.



La calle Nanjing es una calle peatonal con mucho ambiente nocturno por lo que decidimos salir a tomar algo por allí y por el barrio francés. Esa noche nos ocurrió una anécdota reseñable. Pedimos unas tarjetas en el hotel con su nombre y dirección escrito en chino, ya que muy poca gente aquí habla ingles, a fin de enseñársela al taxista en el trayecto de vuelta. Nunca sabré si tenia algún defecto, incorrección o bien que nuestro taxista sencillamente se perdió, pero acabamos en un suburbio oscuro… muy oscuro de Shanghai deambulando de un lado para otro, con nuestro conductor bajándose del coche y preguntando a algún alma que encontraba por las calles e intentando entendernos a base de gestos y gruñidos. No se muy bien cuanto tiempo pasaríamos vagando y vagando por ahí hasta que finalmente conseguimos divisar el hotel gracias a su altura y llegar por fin a casa.



El último día de nuestra estancia en Shanghai decidimos ir a visitar un pueblecito cercano llamado Zhujiajiao. Se trata de una población muy pintoresca con mas de mil setecientos años de antigüedad que ha crecido a lo largo de canales generados en la orilla sur de rió Yangtze.



En las callejuelas de Zhujiajiao se pueden encontrar multitud de gente tocando violines chinos, flautas de bambú o sencillamente cantando a coro típicas canciones chinas como estas dos entrañables señoras. Aquí estuvimos comiendo en una casa donde nos sirvieron una gran cantidad de comida, principalmente verdura, totalmente desconocida para mí hasta el momento. Especialmente ricos me parecieron unos caracoles gigantes aproximadamente del tamaño de un puño.



Mucha pena sentí en mi despedida de Shanghai. En esta imagen de poca calidad, sacada al despegue de nuestro avión camino de Guilin, se puede ver la inmensidad del Río Yangtze, el más largo de Asia y tercero del mundo. En su desembocadura el Yangze puede alcanzar 15 kilómetros de ancho. Mas de la distancia que separa Europa de África en Gibraltar.



CONTINUACIÓN DEL VIAJE: GUILIN