Beijing (Pekin)






Los Hutong. Poco queda ya de estas casas, casi milenarias, que un día ocuparon prácticamente todo Beijing. Ahora solo unas pocas de ellas se conservan entre rascacielos de viviendas a modo de autenticas colmenas humanas, aunque lejos de lo que posteriormente veríamos en Shanghai. En esta, un amable inquilino del que no recuerdo su nombre, nos recibió con una taza de té (¡como no!) para explicarnos la historia y las características de dichas viviendas



He aquí el medio de transporte más popular entre los chinos, la bicicleta. Para bien o para mal cada vez el coche va ganándole terreno. Un signo de modernidad y de progreso que tiene el contraproducente efecto de la polución.



El mausoleo de Mao Zedong. Un lugar de peregrinaje para todos los chinos y al cual no entramos dada la gran cola que se aprecia en la imagen y que daba toda la vuelta al edificio.



La plaza de Tian’anmen. Aun recuerdo la sensación de oír a nuestro guía Wo Ju Xin, un anciano ex vicerrector de una universidad Pekinesa la descripción detallada del lugar por el que aparecieron los tanques y el punto exacto donde aquel muchacho se enfrento a ellos armado únicamente con bolsas de plástico y de cómo él colaboro trayendo víveres a la gente apostada en la plaza en el desgraciado incidente de 1989.



La puerta de Tian’anmen es la entrada principal a la Ciudad Prohibida y da nombre a la famosa plaza situada frente a ella. Aquí podemos ver la imagen de Mao Zedong que preside permanentemente el gran palacio.



La ciudad prohibida. Residencia imperial desde el siglo XV. Un lugar que pone los pelos de punta a pesar de las manadas de turistas que lo visitan diariamente y que le quitan parte del misterio que le rodea. Resulta curioso que la gran mayoría de los visitantes sean chinos de otras provincias.



Todo Pekín y china en general está cubierto la gran parte del día por la niebla, lo que le da un toque misterioso. En un principio pensamos que era polución, que la hay, pero evidentemente la polución no levanta por las tardes. Al fondo unos cuantos turistas por la ciudad prohibida.



Varios edificios muy bien conservados. Cada pabellón esta decorado con varias figuras en las aristas de sus tejados. El número de estas figuras determinan la importancia del pabellón siendo nueve el máximo de figuras representadas.



Una fabrica de seda china. Antaño uno de los bienes mas codiciados de oriente que conserva aun su merecida fama.



¡Ummmm! Pato Laqueado. Un plato típico pequines. Una delicia que no he tenido la suerte de volver a probar; excepto en una desafortunada ocasión, en un restaurante chino del barrio de lavapies, en el que me sirvieron un plato del que cualquier parecido con este manjar es pura coincidencia.



Y que mejor después de una copiosa cena que asistir al teatro a ver un espectáculo de malabarismo. Que pena que el cansancio y el jet lag (debían de ser aproximadamente la cinco de la mañana hora española) nos hicieran mas pensar en camas que en trapecios.



Sobran las palabras. Una de las construcciones más increíbles que jamás haya hecho el hombre. Por supuesto hablamos de la Gran muralla china. Una fortificación de más de 5000 kilómetros a lo largo de desiertos y montañas. Un motivo de orgullo de todos los chinos.



No quiero pensar el esfuerzo que supuso construirla, después de comprobar el esfuerzo que me supuso subir hasta aquí arriba. Debido a su posición estratégica de defensa, en esta zona la muralla suponía una escalera interminable hacia el cielo.



El templo del cielo, el lugar donde los emperadores venían a rezar. Este templo esta situado en un parque donde los pekineses acuden a hacer tai chi, tocar diferentes instrumentos musicales, escribir en el suelo grafismos chinos y realizar todo tipo de actividades al aire libre.



He aquí un grupo de chinos tocando música. Posteriormente, en Guilín, tuve a suerte, no sin un intenso regateo, comprar el violín chino como el que aparece a la izquierda de la imagen, del cual el vendedor obtuvo una música melodiosa y que yo no he sido capaz de sacar más que unos chirridos estridentes e insoportables.



El palacio de verano. La residencia estival de los emperadores se encuentra a orillas de un gran lago el cual cruzamos a bordo de una embarcación como la que aparece en imagen.



Aquí esta Wu Ju Xin ante la dificultad de su nombre había adoptado un nombre español. Wu era el apellido y en chino significaba “guerrero” mientras que Ju era su nombre por lo que se había auto bautizado con el nombre de “Julio Guerrero”. Su origen era Manchur pero sus ojos, extremadamente rasgados, delataban una procedencia Mongol. Resulto ser un autentico libro abierto, un pozo de sabiduría dispuesto a compartirla en todo momento con cualquiera con un poco de inquietud.


CONTINUACIÓN DEL VIAJE: XIAN